Fe, una Palabra pequeña pero con gran poder.
¿Cómo no hablar y reflexionar en la
fe?. Se viven tiempos difíciles en donde es imperativo vivir por fe. Creer más
en lo que no se ve, pero se espera; que en las realidades adversas que hostigan
y hacen menguar las esperanzas.
Cada situación desfavorable que se
experimente, va a ser propicia para que aumente la fe en cada persona. Cada voz
contraria, cada temor y miedo por el infortunio, cada sensación de haber
perdido el control, será conveniente para ir a los brazos de Dios.
Es ahí, a los pies del Maestro, donde se halla oportuno socorro y valentía, donde aumenta la fe, mientras se espera con certeza la salida a las circunstancias contrarias.
Cada persona tiene una medida de fe que ha sido depositada por Dios, y aunque esa medida sea tan pequeña como un grano de mostaza, se podrán mover montes si así se cree. Igualmente si se ejercita esa fe, ésta puede crecer y hacerse mucho más poderosa.
La Palabra de Dios está llena de
historias de fe, de hombres y mujeres, que aunque llenos de muchos errores, también
fueron llenos de una gran virtud, como lo es tener fe en Dios. Esto los hizo
justos y agradables a Él. Acercarse a Dios en medio de debilidades, confiando
en lo Él puede hacer, creyendo y no dudado de su Amor aun en los momentos más
duros; Dios se agrada de esa fe.
De eso se trata, de tener fe en Dios.
Fe, es esperar aquello que Dios ha prometido, es confiar en el Señor aunque la
realidad sea contraria, es tener convicción de que se recibirá aquello que se
espera, es confiar plenamente en el amor de Dios aun en medio del escenario más
desesperante.
Fe, una Palabra pequeña pero con
gran poder.
Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve.
Ancris Guevara.
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