Leche y Miel

En medio de esta pandemia mundial, donde parece que todo el mundo se ha detenido o pausado a causa del virus Covid-19; pareciera que la vida misma también ha entrado en ese estado de inmovilidad. Hay cierta incertidumbre sobre el futuro, no existe una visión clara y se siente como las tinieblas quieren opacar la atmósfera. Los pasos firmes podrían convertirse en pasos inestables capaces de hacer tambalear o caer. Los pensamientos que llegan como ataques de las tinieblas, comienzan a ser desagradables y espantosos. Pero detrás de las densas nubes grises está el sol, tan inmenso y brillante como siempre. Él siempre ha estado ahí y nunca ha dejado de dar su luz. Lo mismo ocurre con Dios. A pesar de los momentos de oscuridad, temor e inseguridad; donde pareciera que se hubiera detenido el mundo o acabado la vida a causa de la pandemia, Dios sigue trabajando a favor de quienes le aman. Si llegasen pensamientos negativos, sensación de que se detuvo la vida y de que no hay prop...

Existe una frase que dice: “ Un barco no se hunde por el agua que le rodea, se hunde por el agua que entra en él.” Cada creyente atesora en su corazón y espera con convicción, recibir las promesas que Dios le ha dado. Pero sucede que el enemigo atacará con temores y pensamientos contrarios para hacer desistir, olvidar o dar por incumplida la Promesa de Dios. Las circunstancias adversas también mostrarán un panorama contrario al que se espera, y todo esto puede hacer menguar o hasta apagar la fe. Estos dos aspectos, circunstancias hostiles y ataques del diablo, se convierten en el agua que entra en el barco de la fe para hundirlo, mientras ésta lucha por mantenerlo a flote.   Queda de cada quien mantener su barco a flote para evitar que entre el agua que querrá hundirlo. Hay que someterse a Dios y resistir al diablo para que éste tenga que huir. (Santiago 4:7). Que no se hunda tu barco. Efesios 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis a...

¿Cómo no hablar y reflexionar en la fe?. Se viven tiempos difíciles en donde es imperativo vivir por fe. Creer más en lo que no se ve, pero se espera; que en las realidades adversas que hostigan y hacen menguar las esperanzas. Cada situación desfavorable que se experimente, va a ser propicia para que aumente la fe en cada persona. Cada voz contraria, cada temor y miedo por el infortunio, cada sensación de haber perdido el control, será conveniente para ir a los brazos de Dios. Es ahí, a los pies del Maestro, donde se halla oportuno socorro y valentía, donde aumenta la fe, mientras se espera con certeza la salida a las circunstancias contrarias. Cada persona tiene una medida de fe que ha sido depositada por Dios, y aunque esa medida sea tan pequeña como un grano de mostaza, se podrán mover montes si así se cree. Igualmente si se ejercita esa fe, ésta puede crecer y hacerse mucho más poderosa. La Palabra de Dios está llena de historias de fe, de hombres y mujeres, ...