En Cada Paso.
Es gratificante conocer que en cada paso, en cada respirar, en cada latir del corazón, ahí está Dios… Dios ha prometido estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo! Al estar al tanto de que tenemos a nuestro Guardador, nuestro Consolador, nuestro Ayudador y Sustento en cada momento de nuestras vidas, nos inspira a adorarle, servirle y sentir ese Amor Incondicional de cera, ese amor que nos impulsa a amar. Dice la Biblia que amamos a Dios porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19), y ese mismo amor es el que nos lleva a amar a otros, a ser empáticos con los demás y entender que en otros también existe la necesidad de sentirse amado, de sentirse seguro, protegido y confiado de que nada malo pasará, que siempre habrá provisión y sustento, siempre habrá una respuesta, un lugar a donde acudir, un lugar donde habitar. Ese amor impulsa a hablar y compartir a otros la gracia tan hermosa que se ha recibido, a veces sin pensar en uno mismo,...